El Correo, 19/11/2024: La «locura» de gestionar la solidaridad de Bizkaia con Valencia y la ‘Gran Recogida’

Los voluntarios tienen que clasificar los productos que llegan para Valencia. 

Bilbao, a 19 de noviembre de 2024. El Banco de Alimentos de Bizkaia se prepara para la cita más importante del año mientras centraliza la ayuda hacia las zonas afectadas por el temporal.

Más detalle: https://www.elcorreo.com/bizkaia/locura-gestionar-solidaridad-bizkaia-valencia-gran-recogida-20241119012953-nt.html#edtn=bizkaia&vca=fixed-btn&vso=rrss&vmc=wh&vli=bizkaia

Hace diez días, ante la proliferación de iniciativas para colaborar con los afectados por la dana en Valencia, el Gobierno vasco, las diputaciones y Eudel decidieron canalizar la ayuda a través de los tres bancos de alimentos. Pretenden así que el apoyo se realice de manera «más organizada y efectiva», al tiempo de evitar que salgan camiones con productos higiénicos y comida hacia las zonas devastadas, sobrepasadas por la solidaridad y sin sitio para depositar todo lo que les llega. De esta manera, estas organizaciones sin ánimo de lucro se convierten en una suerte de almacén hasta que su homóloga valenciana les pida que empiecen a enviar la ayuda.

En el Banco de Alimentos de Bizkaia (BAB) ya comienzan a notar la entrada de palés con destino al Levante. Coincide esta situación, además, con unos días que son todos los años muy intensos porque anteceden a la ‘Gran Recogida’, la campaña que desde 1995 llevan a cabo a finales de noviembre y en la que recaudan más del 25% de los productos y el dinero que repartirán entre sus usuarios a lo largo del año.

«En peor momento no puede llegar esto», reconoce Luis Crovetto, presidente de la organización vizcaína. Cerca de medio centenar de personas se afanan cada día en las instalaciones de Basauri en clasificar la ayuda recibida para Valencia, en preparar los palés y las cajas que enviarán a 300 supermercados para la ‘Gran Recogida’ del viernes y el sábado, en vaciar los almacenes para poder albergar lo que les llegue el fin de semana y en continuar con el reparto a las 156 entidades que dan los lotes a los 21.000 vizcaínos beneficiarios del BAB. «Hemos alquilado un tercer pabellón para llevar lo que tenemos para Valencia y dejar sitio», explica el responsable de la entidad. Lo arriendan todos los años por estas fechas, pero esta vez, con más razón. La semana pasada arrancó el goteo de productos que se destinarán a las localidades arrasadas por la riada: el jueves recibieron en Basauri un camión procedente del Ayuntamiento de Erandio y, el viernes, llegó una furgoneta «de una asociación de mujeres».

Refuerzos

De momento, la «locura» es controlable, aunque están tirando de refuerzos. «Desde hace un año, vengo todos los miércoles, pero hoy -por ayer- es lunes y aquí estoy», señalaba Inmaculada Larrea, que además de meter ‘horas extra’ estuvo acompañada por su hijo, que colaboraba con el BAB por primera vez. «Le hubiera gustado ir a Valencia, y como no ha podido ha venido a ayudarnos aquí», proseguía. Diego, además de contribuir, tenía ganas de «conocer cómo trabajan», de ver de cerca lo que hace su madre y «ayudar en lo que se pueda». Ahora que está «preparando oposiciones», es el momento, puede «sacar un rato», y dos manos más siempre son bien recibidas. «Estoy viendo el trabajo que lleva todo esto detrás, y que es real, que lo que tienen aquí va a llegar a la gente que lo necesita», aseguraba.

El Banco de Alimentos tiene 178 voluntarios permanentes aunque viernes y sábado se necesitan 5.000.

Organizaba botes de conservas, productos de higiene como geles y jabones, pañales, leche… «Que no manden agua, que tienen suficiente y es muy caro transportarla», pide Crovetto, quien cree que, para colaborar, la mejor opción es «hacerlo económicamente», para que el Banco de Alimentos de Valencia «compre allí lo que necesiten» y evitar así los gastos logísticos y la estampa de almacenes colapsados por diferentes puntos de España.

Porque ellos no saben hasta cuándo tendrán que guardar los productos para los afectados por la dana, ni cuánto más van a recibir. De hecho, no descartan seguir la recomendación de la federación de bancos de alimentos, que les ha trasladado que, «si hay mucha acumulación, lo repartamos aquí para no estar sobrecargados y, cuando allí lo necesiten, que lo repongamos y lo enviemos», algo posible porque anotan el contenido de cada caja «en un programa informático». Lo que sí tienen claro, sostiene Eugenio Asensios, jubilado peruano que acude los lunes y miércoles a las instalaciones del Banco de Alimentos en Basauri desde hace dos años, es que «estaremos aquí siempre».

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